Preservemos nuestras tradiciones y celebremos con chocolate este Día de Muertos: ASCHOCO

El Día de Muertos es una de las fechas importantes dentro de nuestra cultura. En México, es una de las festividades con más tradición que, desde tiempos prehispánicos, se lleva a cabo para celebrar la vida y la muerte, a través de diferentes elementos y rituales, con los que se venera y recuerda a los seres queridos que han partido de este mundo. Los altares y las ofrendas forman parte de estas actividades que cobran diferentes connotaciones místicas y expresan la esencia del ser humano.

Los altares tradicionales son una mezcla de diversos elementos, cada uno de ellos con un propósito especial. Típicamente se adornan con papel picado de colores, calaveritas de chocolate o azúcar, pan de muerto, mole con pollo o pozole, veladoras, fruta de temporada, dulce de calabaza, incienso o copal, sal, agua, tequila o mezcal, flores de cempasúchil, atole champurrado o chocolate de mesa preparado con agua; incluso en algunas regiones del país se acostumbra hacer un camino con los pétalos de flores y colocar fotografías y algunas pertenencias de los familiares o personajes ilustres a los que se les dedica la ofrenda. La creencia popular es que las almas de los fieles difuntos regresan en estos días a beber, comer, descansar y convivir con sus deudos.

El chocolate es un ingrediente que indiscutiblemente está presente en estas fiestas en sus diferentes estilos y presentaciones. Es un producto que además de su gran versatilidad en la preparación de alimentos y bebidas típicas de la gastronomía local, forma parte de la cultura mexicana que nos identifica y nos hace sentir orgullosos de nuestras raíces.

Los tipos de altares varían, de acuerdo a las diferentes regiones del país y a sus creencias particulares: pueden ser de dos pisos, que representan el cielo y la tierra; de tres niveles figurando el cielo, la tierra y el inframundo; o de siete pisos que simbolizan los diferentes niveles que debe atravesar el alma para poder llegar al descanso o paz espiritual eterna.

Cabe destacar que en el 2008, el Día de Muertos, que se conmemora el 2 de noviembre, fue reconocido como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad debido a su importancia, ya que se trata de una expresión tradicional -contemporánea y viviente al mismo tiempo-, integradora, representativa y comunitaria, de acuerdo con el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas.

En algunos estados como Michoacán y Oaxaca estas fiestas son muy apreciadas y reconocidas incluso a nivel internacional, principalmente por su misticismo, gran colorido y las muchas manifestaciones artísticas, culturales y gastronómicas que las rodea.

La Asociación Nacional de Fabricantes de Chocolates, Dulces y Similares, A.C. (ASCHOCO) promueve e impulsa la celebración de las tradiciones mexicanas con el objetivo de preservar el cultivo de cacao y elevar el consumo per cápita de chocolate en nuestro país, que hoy por hoy, se encuentra en un rango entre 750 g y 1 kilo al año, considerando principalmente, los múltiples beneficios que aporta a la salud, entre los que destacan:

  • Actúa como antioxidante y aumenta nuestras defensas
  • Aumenta el colesterol bueno y reduce el colesterol malo
  • Es un buen aliado para proteger la textura de la piel
  • Es un eficaz guardián frente a la placa dental

Alicia Páramo, directora general de ASCHOCO comenta: “El chocolate y la confitería en general, forman parte de celebraciones de nuestro país. Este año, y ante las situaciones atípicas a las que nos enfrentamos, es necesario más que nunca conservar nuestras tradiciones, fomentar la integración familiar y no perder de vista lo que un producto tan valioso como el cacao, representa para los mexicanos desde el punto de vista socioeconómico y cultural. Festejemos en casa y en familia: con chocolate”.

Entradas relacionadas